jueves, 16 de enero de 2014

En Cuenca, soltando moldes

Luego de Baños fui con Cody y Jill a Puyo, al programa de Medicina de la Selva que ya relaté en La selva es una farmacia viva. Allí aprendimos mucho. Me encantó compartir la experiencia con ellos, Marco (el chamán) y Ana, una viajera española que, como yo, se hospedó en lo de Marco por un tiempo. Yo contaba con pocos días porque mi primo Alejo, que vive en Cuenca, se iba a Buenos Aires y era mi oportunidad para enviar con él cosas que tenía en la mochila y volverla más liviana.

Ana
Llevando las hierbas recolectadas
Preparando las medicinas
Irme de la selva me fue difícil. Hay tanta energía viva, que el organismo se siente feliz. Me despedí de ellos con mucho cariño y emprendí el viaje a la ciudad. Como no hay bus directo Puyo-Cuenca, tuve que hacer escala en Macas. Luego de 8hs por fin llegué! Mi primo estaba en plena mudanza, por ese motivo busqué donde hospedarme por couchsurfing y así llegué a lo de Bruno, un argentino muy buena onda que está en Cuenca hace varios meses y que, casualmente, es amigo de mi primo.
Mientras estaba en lo de Bruno me di cuenta que necesitaba parar un poco, que quería tener "mi espacio", "mi" cuarto. Creo que tuvo que ver que los primeros días tuve una habitación para mi. Hacia mucho tiempo que no contaba con esa privacidad. Comencé a evaluar la posibilidad de quedarme unas semanas quieta. Me resultó contradictorio estar decidiendo que sea en una ciudad, ya que a lo largo del viaje las evité bastante, pero bueno, fue donde la necesidad surgió. 
A los dos o tres días llegó Guilhe, un brasileño amigo de Bruno que vino a ocupar el cuarto donde yo estaba. Llegó con una energía renovadora, lleno de buena onda y con una búsqueda muy profunda de mejorar su calidad de vida, especialmente con la alimentación.
La semana que viví con ellos fue hermosa. Nos vimos muchísimo con Alejo antes de que se vaya a Buenos Aires, también compartí bastante tiempo con Eli y con los chicos. Se fue conformando una barra de amigos, lo que hizo que aumentaran las ganas de quedarme. Entonces comencé a buscar casa.

Pic nic con Guilhe, Bruno, Eli y Sophie
Paseo por el parque Paraíso
Cena con la barra, en lo de Dani
Cena en casa con Stella, Guilhe, Tony, Ale y Eli
La búsqueda fue corta. Además de encontrar una casa, encontré nuevos amigos: Kaloyan y Tony, con quienes convivo, y Santi, Livi y Nina.

Una tarde en la montaña con Tony, Guilhe, Santi, Livi y Nina
Rodando un corto con Kaloyan y Santi en Susudel
Quedarme fue la mejor decisión que pude haber tomado. Tener mi cuarto, poder alimentarme mejor y manejarme según mis propios tiempos marcó la diferencia.

La vista desde mi ventana
Algo que me está enseñando el viaje es darle lugar a los cambios de las formas y los tiempos. Cada lugar propone un ritmo diferente y uno mismo, a lo largo del tiempo, tiene diferentes ritmos y necesidades. Lo importante es no quedarse atado a formas viejas, solo porque son conocidas o porque fueron las "planeadas". Entonces, cuando nos animamos a soltar los moldes que fuimos adoptando, aparece la magia del camino.

5 comentarios:

  1. Linda publicacion Gabe! Un besote y un lindo viaje

    ResponderEliminar
  2. Gabi, hay mucha paz en tu camino.. se te esta dando todo como lo vas queriendo, me encanta.. amo seguir tus pasos, aun que ya no este con vos.. Nos vemos en el 2015 en México. No lo olvides!!!

    ResponderEliminar
  3. Que hermoso! Y lindo conocerte, siempre es bueno encontrar en la vida gente como tú... besoos

    ResponderEliminar

Suscribíte al blog y viajá conmigo!