martes, 20 de agosto de 2013

El Inty raymi

El Inty Raymi fue intenso! Iban llegando a Tiwanaku cientos de buses con montones de personas. Todos iban tomando alcohol, un poco por el frío (un frío tremendo) y otro poco porque acá toman mucho!
Con Flor, Tibo y Lucas nos sumamos al grupo que organizó Milton y conocimos a Jaciara, André y Vinicius (de Brasil), Vianney (de Francia), Gal (de Israel), Ramón (de Chile) y algunos más.


En el bus, rumbo a Tiwanaku
Llegamos a Tiwanaku y la supuesta fiesta con recitales que hay todos los años no estaba. Evo morales había prohibido que se ponga música para ver si se reducía el consumo de alcohol. Fue un tema. La gente se la pasaba caminando de un lado a otro para no congelarse. Se encendieron varias fogatas, como es la tradición y en un momento vino la gendarmeria a decir que las apaguemos, que no era legal...  Una locura! No se podía hacer nada para mitigar el frío. Solo comer.
La gente fue muy cordial. Al acercarnos a cualquier fogata, enseguida nos hacían lugar y nos convidaban las bebidas. Se mostraban felices de contarnos sobre su cultura y de que nosotros estemos interesados en ella.
A las cuatro el frío helado era insoportable y la fogata se estaba extinguiendo. Decidí ir a buscar leña, ya que me habían dicho que se podía comprar en la calle. Las calles estaban atiborradas de puestos que vendían bebidas, comidas, gorros de lana, bufandas, guantes, de todo. Tibo y Flor iban a esperarme junto al fuego. En el camino me lo encontré a Lucas, que había ido a comer algo y me acompañó. No encontramos leña por ningún lado y regresamos a encontrarnos con nuestros amigos. La sorpresa fue llegar y que no estén! Pasamos una hora buscándolos por todas partes hasta que decidimos renunciar a tal empresa. En algún momento aparecerían.
A las cinco de la mañana ya había filas larguísimas para entrar a las ruinas, donde se realizaría la ceremonia.

A medida que ingresábamos, todos nos disponíamos mirando al horizonte, amuchados. Evo Morales llegó en helicóptero y empezó la ceremonia que fue casi toda en aymara. 

Hablaron del abuelo sol, pidiendo la energía suficiente para el tiempo de cambios que esta sucediendo en Bolivia, en el mundo y en la vida de cada persona. Les comparto algunos breves vídeos de la ceremonia. Hacía tanto frío que la mano se congelaba al sostener la cámara elevada. Por eso son muy breves.







Cuando empezaron a asomar los primeros rayos del sol fue emocionante. Yo internamente sentí que era un comienzo. 






Fue fuerte. No puedo explicarlo con palabras. Alrededor mio había muchas realidades: uno que pasaba vendiendo café, un padre que alzaba a su hijita bien alto para que pudiera ver los rayos de sol, un turista que se quejaba de que le robaron la cámara fotográfica, miles de personas levantando las palmas de sus manos para recibir al sol y yo, emocionada, conectada, sintiendo la fuerza de ese momento.

A la mañana comenzó la desconcentración de la gente y fuimos al encuentro de nuestros amigos, pero no los encontramos. Al llegar al hostel de La Paz lo primero que hice fue preguntar si Tibo y Flor habían llegado y  me dijeron que sí. Resultó que nos estuvimos buscando mutuamente y nos cruzamos todo el tiempo. 
Por la mañana, se vieron escenas como las que les comparto abajo, que fueron tan bien retratadas por André.

Foto: André

Foto: André

Foto: André
Fue una experiencia única. En todas partes por Bolivia se celebró el Inty Raymi y al día siguiente fue feriado nacional.
El año nuevo Aymara está marcado por el solsticio de invierno, plenamente ligado al ritmo de la naturaleza. Me pareció mucho más adecuado que el que festejamos nosotros, que está más vinculado al comercio y al pago de los impuestos.
Estuvieron presentes casi todos los dirigentes de las comunidades y una gran cantidad de chamanes. No faltaron los oportunistas que, al finalizar la celebración, se hacían pasar por amautas e increpaban a los turistas hablándoles de la energía, la sanación y pidiendo dinero por hacer algún rezo. Hay de todo. Fue una experiencia interesante para derribar idealizaciones, por un lado, y revalorizar la conexión con la Tierra, el Sol, las montañas y todas las fuerzas que están en la naturaleza.

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