jueves, 30 de mayo de 2013

De Belén a Antofagasta, misión imposible?

Llegamos agotadas. Viajamos muchas horas ese día y el hostal Freddy que nos habían recomendado no aparecía... el peso de las mochilas convertía un kilómetro en cien!
Junto con nosotras llegaron unos motoqueros que habíamos cruzado en el camino. Luego de ubicarnos en la habitación y tomar una ducha que nos hizo revivir, nos reunimos con ellos y compartimos una cena divertida.

Luis, el conductor que nos llevó a Belén

A la mañana siguiente conocimos a Eva en el desayuno. Otra porteña que andaba descubriendo Catamarca. Hablamos un poquito, pero ella se fue por su cuenta. Con Sil y Marian recorrimos el centro de Belén. Es una ciudad pequeña.
Frente a la plaza central está la Iglesia y, al lado, un pequeño museo que fue fundado por un grupo de vecinos que haciendo orden en el altillo de la Iglesia encontraron reliquias: estatuas, libros de oraciones, trajes de sacerdotes, caliz, crucifijos, rosarios, etc. muy antiguos. Entre todos los objetos hay una estatua de bronce de Cristo en la cruz que, al parecer, al mirarlo a través de una cámara, se pueden ver sus vísceras y la sangre circulando. Crónica TV y TN fueron a hacer notas al respecto.

Un libro antiguo de misa
La estatua de Cristo en la que se ven las visceras

Un virgen morena
Al mediodía fuimos a la terminal de micros a tomar el colectivo que nos llevaría a las ruinas de Shincal, en Londres, un pueblito que está a veinte minutos. Eva iba en la misma dirección y la sumamos a nuestra tropa. En el colectivo la charla surgía fácil con cualquier persona. Una señora confianzuda me vio en short (hacía mucho calor) y me dice:"que lindas piernas" y me da dos palmaditas en la cola. Jaja! Luego siguió conversando con su vecina de asiento.

Silvia, Eva y yo

Llegamos a las ruinas, nos registramos y, a lo lejos, ví una silueta conocida: Michaela! La chica de Suiza que conocimos en el hostel de Catamarca. Así quedó conformado el super quinteto femenino.

Shinkal

La ruinas son hermosas. Shinkal formó parte del imperio Inca y fue abandonada antes de la llegada de los españoles. Me recordaban mucho a Cuzco.

Vestigios de un mortero

Reconstruyeron algunas paredes, para ver mejor cómo eran
A la tarde volvimos a Belén e hicimos la caminata al cerro donde se encuentra la Virgen y desde donde se ve toda la ciudad. Encontramos un chico muy simpático, Bruno, al que le pedimos que retrate el momento.

Mariana, Michaela, Silvia y yo en el mirador

Cayendo el sol fue el momento de ver cuales eran los planes de cada uno. Bruno nos contó que iba a Antofagasta. Era mi idea también y nos pasamos los teléfonos a ver si combinábamos para hacer juntos alguna excursión. Marian y Sil irían a Amaicha del Valle, en Tucumán. Michaela y Eva planeaban ir a Fiambalá y hacer la ruta de los Seismiles.
Al día siguiente, en el desayuno, por arte de magia o por las ganas de seguir juntos, Michaela, Sil, Marian, Bruno y yo fuimos a Antofagasta.
El camino es bellísimo pero, como les conté anteriormente, el Antofagasteño se quedo cinco horas parado en Barranca Larga.
Viajamos casi todo el tiempo de pie



Compañeras de viaje 
Nos estacionamos en un parador, donde hay un bar y donde también había estacionado una ambulancia. Supuestamente nos deteníamos media hora para comer, ir al baño y luego seguir viaje. Pero luego de una hora de estar ahí, el conductor nos informó que el motor del micro se había quemado y estábamos esperando refuerzos.
En esa parada comenzamos a charlar con Adolfo, quien casualmente resulto ser el hijo de Adrián, el dueño del hospedaje al que estábamos yendo y era quien conducía una ambulancia que recastó a algunos pasajeros.
Aprovechamos el tiempo y con los chicos fuimos a la torre que tiene el museo del pueblo. Sacamos fotos, tomamos mate y Bruno brindó un curso acelerado de fotografía para inciantes. Un lujo!

Bruno y Mariana en el curso acelerado de fotografía
Barranca Larga

Mientras tanto, un poco de arte

El micro parado
Cuando empezó a anochecer y el refuerzo no llegaba,decidimos llamar a la empresa de micros para reclamar. En el pueblo no habia ningún locutorio y nos dijeron que vayamos a la esquina, que ahí habia señal para celular. En el resto del pueblo no hay. Fuimos caminando con Mariana y nunca encontramos la esquina! En un momento nos dimos cuenta que habíamos salido del pueblo y ni rastros de señal en el teléfono.
Por suerte nos cruzamos con dos niñas que nos acompañaron hasta el lugar donde había señal. Para nuestra sorpresa era un árbol! Vean el cartel:

Escrito con Liquid Papper: Depende de la persona

Mientras esperábamos salir de ahí, conversamos con los lugareños y nos enteramos de que en la mayoría d elos viajes pasa lo mismo: el colectivo se queda en cualquier parte de la ruta. Había mucho enojo. Entre todos firmamos una carta pidiendo a la empresa que mejore el servicio.

Llegamos a Antofagasta a las dos de la mañana, con frío, sueño, hambre, cansancio. Por suerte nos recibió Adrián Fabián con tanta calidez, que amortiguó todo el malestar acumulado.
Combinamos salir a la mañana siguiente, a las 8 am al Volcan Galán.

Datos para quienes quieren viajar:
  • En Belen suele haber problema con los cajeros. En general eso sucede en toda Catamarca. Es importante tenerlo en cuenta, ya que en Antofagasta, por ejemplo, el cajero no funciona.
  • Desde Belen hay micros a todas las ciudades de la provincia.
  • Para ir a Antofagasta, sacar con anticipación el boleto, ya que al tener tan poca frecuencia se llena y podrían tener que viajar parados, como nos pasó a nosotros.
  • El hostal Freddy es muy confortable, tiene wi fi
  •  No se pierdan las pasas de uva y las nueces de Londres!

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